martes, 17 de mayo de 2011

Maxi Bustos y un presente de ensueño

Por Ramiro Guillot
Scrum.com

Maxi Bustos
Maxi BustosChinchu Bustos y dos alegrías en una semana
BUENOS AIRES -- Ya pasaron varios días desde que Pampas XV, luego de ganar la Vodacom Cup, se abrazó a la historia del rugby argentino. Pero el pilar Maximiliano Bustos recién ahora está tomando conciencia de lo que lograron en tierras sudafricanas. "Lo que pasa es que uno no cae tan rápido cuando te pasan este tipo de cosas", explica el santafesino, que fue una de las grandes y buenas sorpresas que lució el fenomenal equipo comandado por Daniel Hourcade. Y fue justamente el Huevo, el titiritero de este plantel, uno de los tantísimos que, en su momento, no ahorró elogios a la hora de referirse al grandote: "Es un pilar de nacimiento, de raza, con un muy buen scrum y, además, con un tackle demoledor, poco común para su puesto. Todavía es joven, pero le auguro un futuro sumamente prometedor".

La alegría que invadió a Chinchu en la última semana no fue sólo por haber conseguido el título en Sudáfrica, no señor. Este pilar de 25 años también recibió un bonus track digno del descorche de un buen burbujeante francés. ¿Cuál? Su primera convocatoria al seleccionado mayor. Sí, a Los Pumas. "Todo esto es algo que todavía no puedo creer. Siempre lo soñé con jugar en el seleccionado y ahora, gracias a Dios, llegó el momento. Voy a entregar todo lo que tengo para conformar a los entrenadores", confiesa el forward, que ya tiene currículum internacional a nivel clubes: se desempeñó en L`Aquila (2009-2010) y Capitolina (2008-2009), ambos de Italia.

-Si tuvieras que resumirlo, ¿por qué Pampas fue campeón?
-Por un montón de cosas. Este grupo se lo merecía. Trabajamos mucho; le metimos mucha garra, mucho esfuerzo. Creo que cada uno de nosotros dio lo mejor que tenía. Y eso se notó.

-Luego de 85 días conviviendo juntos en el PUK Sports Village, ¿extrañás a tus compañeros?
-Sí, se extrañan, sobre todo a la hora de la comida. Pensá que estuvimos juntos tres meses viéndonos las caras todos los días. Más que compañeros, para mí ya eran como mi familia. La verdad, la convivencia es algo que también disfruté al máximo. Fue un lujo

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